No es necesario tener ningún síntoma para ir a un quiropráctico. 
El objetivo principal de la quiropráctica es el cuidado de la columna vertebral para que ésta no repercuta sobre el buen funcionamiento del sistema nervioso. Para gozar de una buena salud, es importante asegurarnos de que nuestra columna vertebral se encuentra en buen estado y de que nuestro sistema nervioso esté libre de interferencias. 
La quiropráctica está dirigida a bebés y niños, mujeres embarazadas, adultos y personas de la tercera edad, independientemente de su condición física y psíquica ya que la quiropráctica contribuye a que podamos vivir con más plenitud. No existe una edad perfecta para acudir al quiropráctico, cualquier momento es bueno para responsabilizarnos de nuestra salud y realizar un cambio: cuidarnos y querer aumentar nuestra capacidad de adaptación a nuestro entorno en lugar de esperar a la llegada de síntomas o enfermedades.
No. Para el quiropráctico, es imprescindible valorar la condición física y psíquica en la que se encuentra cada persona antes de comenzar con el cuidado. Por esta razón, durante su primera visita, estudiamos su historial clínico y realizamos una serie de mediciones para valorar el estado de su columna vertebral. En los más de 120 años de historia de la quiropráctica, se han desarrollado una gran variedad de técnicas de trabajo para ejercer de forma segura y eficaz.
La quiropráctica es la profesión sanitaria de primer contacto que se encarga de localizar, analizar y corregir las alteraciones mecánicas de la columna vertebral en particular y del sistema neuro-musculo-esquelético en general. El Quiropráctico está capacitado para ejercer como un facultativo de atención primaria, debido a sus estudios universitarios de entre cinco y siete años que le otorgan el grado de doctor en Quiropráctica. Asimismo, el Quiropráctico enfoca su trabajo en la optimización de la capacidad de auto-regeneración y curación del organismo, actuando sobre la causa y origen de los problemas, y no solamente en su sintomatología.
La quiropráctica no tiene en absoluto nada que ver con los masajes. El uso reciente de la palabra quiromasaje para referirse a los masajes se da en varios países, produciendo una lamentable confusión lingüística que a veces puede inducir al público español al error.
Consideramos muy importante que antes de comenzar con los cuidados quiroprácticos se acuda a la charla sobre quiropráctica. El objetivo de dicha charla es explicarles en qué consiste la quiropráctica y de qué forma pueden beneficiarse a través de ella. Todo esto les ayudará a entender mucho mejor lo que pueda estar pasando en su cuerpo y tendrá la oportunidad de aclarar todas sus dudas.
La quiropráctica está reconocida como uno de los cuidados más seguros, conservadores, y no invasivos para el organismo. El ajuste es suave, específico y la técnica se adapta a cada persona. La formación quiropráctica consiste entre 5-7 años de estudios universitarios según el país y con la preparación adecuada, ofrece unas altas garantías de seguridad.
El cuidado quiropráctico dura todo el tiempo que queramos mantener nuestra columna, sistema nervioso y salud en general al 100%. Con cada ajuste se equilibra su sistema nervioso, beneficiando así a las diferentes partes y sistemas de su cuerpo. Para poder adaptarnos de forma adecuada al estrés del día a día, es imprescindible que nuestro sistema nervioso funcione lo más equilibradamente posible. Ajustar las subluxaciones de nuestra columna, manteniendo el sistema nervioso equilibrado, aumentará la capacidad innata del cuerpo de recuperarse y podremos disfrutar de una mejor calidad de vida.
Cada persona tiene su ritmo. Algunos con unos pocos ajustes se sienten mucho mejor, en cambio otros necesitan más tiempo hasta notar mejoría. Hay que tener en cuenta que normalmente el cuerpo lleva tiempo funcionando de una forma no adecuada y el proceso de cambio requiere su tiempo. El objetivo de la quiropráctica no es tratar los síntomas. La quiropráctica ayuda a que el cuerpo funcione otra vez correctamente y muchos síntomas desaparecen como consecuencia de esto. Cuando hay un desequilibrio en el cuerpo, los síntomas son los últimos en aparecer. Podemos estar años sin funcionar al 100% hasta que aparece algún síntoma. Cuando empezamos a equilibrarnos, normalmente son los síntomas lo primero en desaparecer. Esto no significa que ya estamos del todo sanos y funcionando al máximo.

¿Tienes más preguntas? Contáctanos